El poder de la ignición

El año pasado estuve de viaje por Reino Unido. Un día, mientras caminaba por Edimburgo venía pensando ¿Qué se debería hacer para encender la llama de la motivación?


Hace unos días hablamos sobre la importancia de la ignición (análogo a la motivación) como una de las bases del éxito empresarial y que muy a menudo pasa desapercibida.


Ahora bien, que la ignición es un concepto clave, todos lo sabemos. La pregunta es: ¿cómo logramos despertar esa llama de motivación en los anestesiados empleados de nuestras empresas?


En este viaje, encontré un ejemplo muy apropiado para reflexionar que me gustaría compartir con ustedes.


 


En estas mismas tierras Escocesas cuenta la historia que William Wallace -apodado por su gente como “Braveheart”- luchó contra los ingleses entre los años 1297 y 1303. Fue en el año 1314 cuando, luego de una ardua y desigual lucha, el pueblo Escocés logró vencer a los ingleses en Bannockburn y proclamar su independencia.


Leyendo la historia de las distintas batallas y las múltiples dificultades soportadas por el pueblo Escocés, uno no puede más que preguntarse ¿qué hizo que miles de pacíficos campesinos se convencieran y lucharan como temibles guerreros?, ¿qué cualidades poseía William Wallace como líder que fue capaz de despertar sentimientos de bravura en gente tradicionalmente sumisa?


Deberíamos ser capaces de responder estas preguntas con certeza ya que las cualidades o habilidades que en su época poseía William Wallace son las mismas que hoy precisan los directivos de nuestras empresas para llevar a sus equipos al éxito. Algunas de las que se me ocurren ahora serían:


  • Vivir la realidad de su gente como propia: Wallace sentía la causa de su pueblo como propia y existía una gran empatía con su pueblo. ¿Conocen acaso los directivos de hoy la realidad por la que está atravesando su gente? Más bien, ¿conocen acaso a sus subordinados? ¿entienden sus preocupaciones y motivaciones? ¿se ocupan en alinear misión, visión y valores personales con los de la empresa?


  • Estar dispuestos a sacrificarse por su gente: Los ideales eran para Wallace su norte principal y por ello podía morir orgulloso con su gente y por sus ideales. Los directivos de hoy, ¿son capaces de defender a sus empleados dentro y fuera de la organización cueste lo que cueste?


  • Coherencia en el discurso: Todo lo que dijo William Wallace estaba teñido de una gran credibilidad ya que predicaba con el ejemplo. Lo que decía lo hacía y viceversa. Hoy en día los directivos, ¿son conscientes de la frase que dice: “lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices”?


  • Creer firmemente en lograrlo: La convicción que poseía Wallace en lograr un triunfo era tan grande que contagiaba a su gente. La influencia y seducción de su convencimiento eran tan grandes que hicieron posible la independencia de Escocia. Nuestros directivos, ¿están convencidos en lograrlo? ¿confían en la capacidad de sus equipos para la hazaña? ¿transmiten esa magia y convicción a su gente?


Hasta aquí mi propia reflexión, ahora bien, ¿qué cualidades consideran que están faltando en este listado?

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