Mi visión sobre el Management

En los últimos años impartiendo seminarios y conferencias a directivos en toda España, se me ha hecho de modo recurrente un comentario común, algo así como: “…gracias por hablar de Management desde el corazón, de un modo llano y cercano…


Esto me llevó a reflexionar sobre lo que hoy estamos viviendo tanto en escuelas de negocio como empresas. Mi conclusión fue que desde hace ya mucho tiempo enseñamos a los alumnos y empresarios más a gestionar los números que a liderar a las personas.


Es sabido que las personas y las organizaciones se enfrentan a problemas cada vez más complejos. Y para salir airosos de ese desafío es preciso entender que la empresa es una organización compuesta por dos dimensiones: la dimensión técnica y la dimensión humana.


Existen hoy muchas organizaciones enfocadas en su dominio técnico e invirtiendo muy poco tiempo y recursos para trabajar en “lo humano” de la empresa.


Evidentemente el conocimiento de las competencias hard o de gestión es un elemento básico para una tarea directiva eficiente. Sin embargo ese dominio técnico, ya no es suficiente.


Hoy es necesario desarrollar habilidades de dominio humano, competencias soft imprescindibles, ya que el liderazgo se ha transformado en un reto de primer orden, tanto para organizaciones como para formadores y directivos.


Y lo es, porque al liderazgo no se accede por una simple transferencia de conocimientos o técnicas. El trabajo en liderazgo supone el dominio de lo sensible y humano y debe surgir de un proyecto organizacional sostenible en el tiempo para que resulte efectivo.


Muchos líderes que han intentado implementar cambios en sus organizaciones dan testimonio de que su mayor desafío es modificar los modelos mentales y los comportamientos de las personas para sostener los nuevos sistemas.


Es preciso entonces que las empresas se planteen cual es el equilibrio que existe entre el tiempo y el esfuerzo que están invirtiendo en los aspectos técnicos y humanos de su organización.


Y luego de dicha reflexión pensar reposadamente en que, quizás, sea el “factor humano” el que, en definitiva, hará exitosa o destruirá su compañía.


Por ello, el desarrollo del liderazgo se presenta hoy desafiante, y ese desafío pasa por romper las estructuras rígidas de cómo nos enfrentamos y hablamos de Management.


La nueva visión que aquí propongo supone acceder a él de un modo llano y coloquial. Más cerca de la persona como líder, que como gestor. Lejos de todo formalismo paralizante.


Pasarse al Management sin corbata va a exigir una tarea titánica de atrevimiento e innovación porque en buena medida el guión para esta nueva visión está aún por escribir.


Los invito a redactar juntos un nuevo paradigma que será, si así lo deseamos, el modelo de liderazgo para nuestras futuras organizaciones.



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